El ozono viene siendo utilizado desde hace más de cien años tanto como un medio poderosamente efectivo para la potabilización del agua como para mejorar su calidad. En la actualidad, el procesamiento del agua potable con ozono está experimentando un constante incremento a nivel internacional, principalmente como alternativa a los productos químicos tradicionales.
En la obtención del agua potable el ozono actúa como el oxidante natural más rápido y efectivo que existe, gracias a su alto poder bactericida, virulicida y fungicida. Elimina los microorganismos destruyendo por oxidación las proteínas de su envoltura protectora (lípidos). Dado que los productos químicos de uso tradicional actúan por envenenamiento enzimático de los centros vitales, el ozono resulta ser miles de veces más rápido que aquellos, y mejora las características organolépticas del agua potable, tales que el olor, el sabor y el color.
Estas son algunas de las propiedades del ozono gracias a las cuales se consiguen resultados sorprendentes en los procesos de potabilización del agua, tanto en la eliminación de los contaminantes convencionales (hierro, manganeso, proteínas, ácidos aminados y húmicos, etc), causantes de la degradación de las citadas características organolépticas del agua, como en los efectos sobre los microcontaminantes orgánicos, tales que detergentes, fenoles, hidrocarburos, pesticidas, herbicidas, fertilizantes minerales, etc.